domingo, 28 de octubre de 2012

Sinfonía del Zodíaco, de Torkom Saraydarian

Contra lo que puede presuponerse, Sinfonía del Zodíaco no es un libro de Astrología. Así lo advierte su autor, Torkom Saraydarian desde la primera página. Sin embargo es un libro que habla sobre los astros y de nuestra relación espiritual con ellos, del modo en el que las energías que recorren el Cosmos nos impactan y de la responsabilidad que nos cabe, como seres humanos. También nos explica cómo abordar la comprensión de nuestra propia consciencia dentro de ese marco estelar que nos rodea. Se trata de un libro –dice Saraydarian- sobre “energías, virtudes y visiones que le podrá ayudar a tener un contacto mayor con el Universo”.

Sinfonía del Zodíaco es una puerta de acceso al Universo vivo, que puede ser percibido por nuestro espíritu si seguimos la guía precisa.



Los maestros de la Antigua Sabiduría enseñan que los planetas, el sol, las estrellas y todos los demás  cuerpos celestes son Entidades vivas y que cada una de ellas posee su propia nota, su clave vibratoria y su lugar en la sinfonía universal. Esta idea nos remonta a la Música de las Esferas de la que hablaba Pitágoras, que enseñaba en su escuela de Crotona aquello que había aprendido en Oriente y Egipto. Para estos maestros cada cuerpo celeste es un Ser cuya vibración llega a nosotros, siendo el Sol el Gran Regulador de las energías que se desplazan en nuestro sistema.

Sin duda nos encontramos frente a una de las obras más importantes de este autor, que vivió desde pequeño la cercanía espiritual de ese mundo de esferas celestes del cual somos parte. Saraydarian creció en las tierras de Armenia, en donde su padre le enseñó a meditar sobre los astros, tendido de espaldas sobre las arenas del desierto y la mirada fija en las estrellas que iluminaban la noche.

A partir de ese contacto misteriosos con el espíritu de las estrellas, Saraydarian hizo de su vida un viaje iniciático que lo llevó a recorrer monasterios y Escuelas de Misterios, visitar a santos y maestros, sufíes y derviches de las antiguas cofradías del Oriente mediterráneo. Este contacto se encuentra retratado en Sinfonía del Zodíaco, en el que resulta evidente, para el lector avezado, la influencia recibida de maestros de la talla de El Tibetano, de Alice Bailey y de las enseñanzas de la Escuela Arcana fundada por ella.



Una de las características de esta corriente espiritual, de la que Torkom Saraydarian es uno de los más acabados referentes, es justamente la capacidad de ordenar un conocimiento en apariencia complejo, pero que puede abordarse, gracias a la sagacidad del autor, de modo claro y, fundamentalmente, práctico. ¿Cómo manejar el ingreso de estos flujos celestes en nuestro campo energético? ¿Cómo hacer para que estas energías nos ayuden a expandir nuestra consciencia? ¿De qué manera podemos realizar una progresión evolutiva a partir de nuestro contacto con las fuerzas del Zodíaco? 

Estos temas son abordados por Saraydarian con una profundidad magistral, pero a su vez con una sencillez asombrosa, pues como se ha señalado frecuentemente, el logro de sus obras ha sido el de sintetizar y hacer comprensible la enorme cantidad de conocimiento denominada como Sabiduría EternaEl libro nos introduce en el misterio de las grandes celebraciones lunares, como la luna de Wesak, y nos describe de qué modo participar de estas corrientes cósmicas que pueden modificar radicalmente nuestra percepción del mundo. Es aquí en donde los conceptos de Luz, Amor y Poder, característicos de las enseñanzas de Alice Bailey y plasmados en la universalmente conocida Gran Invocación, se manifiestan en su aspecto más práctico. Pues este libro posee la virtud de poner al alcance del lector, mediante ejercicios y meditaciones, los recursos espirituales para alcanzar la respuesta a muchos de estos interrogantes.

Un libro fundamental para comprender la naturaleza de los astros y nuestra relación con ellos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Sueños. Cómo interpretar sus mensajes


Desde la más remota antigüedad los sueños han actuado sobre la psique del hombre. El mundo onírico ha sido y es un campo misterioso cuyo abordaje resulta complejo. Los sueños son mensajeros, a veces portadores de inspiración y creatividad, otras de temor e inquietud. Alejandro Parra nos propone un viaje al mundo de los sueños, nos invita a descifrarlos y a trabajar con ellos.


Su libro “Sueños” es mucho más que una guía de interpretación. Se trata de un análisis exhaustivo de la naturaleza del sueño, de porqué soñamos, de para qué soñamos. Nos introduce al campo de la investigación onírica y nos muestra, de manera clara y comprensible, ese otro mundo en el cual vivimos durante las horas en las que permanecemos dormidos. Esa claridad descriptiva es la primera cuestión a destacar en la obra de Parra, que comienza con un capítulo dedicado a la Historia Privada del Sueño en el que hace mención a los trabajos llevados a cabo por Freud, Jung, Kleitman, Dement y Hartmann entre otros importantes científicos que han tratado de identificar las características principales del sueño.

Sentadas las bases de esta caracterología, Alejandro Parra describe el potencial creativo y espiritual de los sueños, el modo en el que ha inspirado a escritores, filósofos, científicos y místicos. Como especialista en el campo de lo paranormal, aborda la cuestión de los sueños telepáticos, los sueños premonitorios y proféticos así como todos aquellos relacionados con el fenómeno Psi en general. La cantidad de testimonios es abrumadora.

Un amplio capítulo está dedicado a una fenomenología particular, a la que define como el oscuro mundo de las pesadillas. La descripción de los denominados “terrores nocturnos”, la “parálisis de sueño” y otras experiencias inquietantes, que afectan a numerosas personas, es analizada profundamente.

La obra nos describe una amplia interpretación de los símbolos oníricos. Para el autor, la función del análisis de estas imágenes simbólicas universales es penetrar en el contenido aparente del sueño y poner al desnudo su significado latente.

A todo lo dicho cabe agregar que el libro propone un importante conjunto de técnicas que permiten al lector interactuar con sus sueños, aprender a descifrarlos, a recordarlos y trabajar con ellos, en definitiva ser dueño de su propio mundo onírico, convirtiéndolo en campo de creatividad, imaginación y expansión de la conciencia. Estas técnicas abarcan un amplio arco que va desde la proyección creativa hasta el trabajo en grupo. Respecto de este punto Alejandro Parra nos describe el funcionamiento del denominado “Taller de Sueños”, describiendo los métodos de Clara Hill, Stanley Krippner y Montague Ullman.

En síntesis, "Sueños" es una obra completa, fascinante e imprescindible para iniciarnos en el estudio de nuestros propios sueños, con un planteo que va mucho más allá de la mera interpretación, porque, como señala el autor, el objeto del sueño y la elaboración onírica es llegar a la conciencia: el conocimiento unido a la acción apropiada

domingo, 16 de septiembre de 2012

Numerología: Portal del Destino


La relación con el número es una constante propia de la naturaleza humana. Nuestra existencia está ordenada en base a ellos. La Numerología es la Ciencia que intenta entender este ordenamiento.

Un clásico de Helyen Hitchcock

Numerología, Portal del Destino”, es uno de los grandes clásicos de la literatura moderna en torno a la cuestión de los números y, principalmente, una guía práctica acerca de qué podemos hacer con ellos en nuestra vida cotidiana. Cuando Helyn Hitchcock escribió este libro lo tituló Helping Yourself with Numerology, es decir Ayudándose con la Numerología. La autora quería que el lector pudiese, mediante una serie de técnicas aplicables a la vida cotidiana, descubrir el símbolo y el poder que encierran los números y hacer que éstos le explicaran muchos aspectos de su personalidad, del entorno en el que vivimos y de la tendencia que marcan en nuestro futuro. Hitchcock logró su cometido, convirtiendo a su obra en una de las más leídas en su género.

La intención de lograr un manual que nos ayudara a comprender el extraño mundo de números que nos rodea, está planteada en la primera frase del prólogo: ¿Qué puede hacer este libro por usted? La pregunta permite no sólo entrar en el campo de la numerología sino que nos abre el camino a una comprensión diferente en el que las cifras se convierten en mensajes comprensibles a nuestras psiquis, permitiéndonos entender cómo impactan en nuestras emociones y nuestra percepción del mundo.

La Ciencia de los Números, a la que nos referimos habitualmente como “Numerología”, es tan antigua como el hombre. El número es anterior al lenguaje. De alguna manera, el número estructura al lenguaje del mismo modo que el lenguaje estructura el pensamiento. De allí que desde tiempos muy remotos los números hayan reinado sobre la vida del Hombre. ¡Y lo sigan haciendo! Helyn Hitchcock ha estudiado estas correspondencias y el resultado es justamente una obra que puede hacer que usted se ayude a sí mismo con la Numerología.

La clave está en comprender que los números no sólo tienen un valor cuantitativo sino que, como símbolos, adquieren una dimensión metafísica con un significado definido dentro de ellos. La autora no duda en afirmar que poseen características dinámicas interiores que modelan el propio destino. Esta aseveración tiene antecedentes complejos, pues los números han formado parte de los esquemas esotéricos de muchas disciplinas filosóficas y religiosas. Sabemos que los cabalistas han hecho de estas relaciones una ciencia, estableciendo vínculos entre números y letras. Basta decir que, en el idioma hebreo, las letras poseen una relación directa con el número. Son letras, y como tal, emanaciones divinas, pero a su vez son números que encierran el significado real de la letra y que éstas, al agruparse en palabras, adquieren valores numéricos específicos. El símbolo central de la Cábala –nos referimos al Árbol Sephirotal- está integrado por una década de atributos emanados de Dios, unidos entre si por 22 vías o senderos. El número 22 expresa características muy bien definidas en la obra que comentamos, al igual que el 33.

Números y Letras en el Alfabeto Hebreo

La numerología fue desarrollada por los antiguos sumerios y egipcios. Para ellos, los números también representaban deidades en tanto que, agrupados en cifras contenían mensajes vinculados al presente y al futuro de las cosas. La Numerología como ciencia fue aplicada en todo el mundo clásico y encontró en Pitágoras al más grande de sus maestros. La tetractys pitagórica es otro buen ejemplo de la década como representación de lo sagrado. Muchos se sorprenderían si conociesen los extensos tratados que sobre números y caligramas han escrito los monjes de la Edad Media intentando comprender la naturaleza del hombre y el Universo que lo rodea.

La Tetraktys Pitagórica

Los números han sido determinantes en asuntos que habitualmente dejamos de lado, o no comprendemos, simplemente porque no los vemos hasta que alguien nos los explica. Un ejemplo claro es el numero 40. ¿Por qué denominamos cuarentena al período de purificación? Simplemente porque de las escrituras judeocristianas surge que cuarenta días duró el diluvio, cuarenta años vagó el pueblo hebreo antes de entrar en la Tierra Prometida, cuarenta días pasó Jesús en el desierto. Todos estos procesos han tenido que ver con la purificación. De allí que aquello que está impuro o contaminado debe “ponerse en cuarentena”.

Helyn Hitchcock no sólo nos explica qué es la numerología, sino que desde el principio del libro lo hace con ejemplos. No se queda en el campo teórico sino que de inmediato nos sumerge en un mundo de significados que nos enseña a organizar en un gráfico numerológico. A partir de ese momento el libro se convierte en una aventura. Los nombres toman una dimensión inimaginable. Nos hablan sobre el destino y el propósito de la vida; nos apartan del concepto de adivinación para hablarnos de un sendero natal, de una tendencia a la manera que se nos explica la influencia de los astros. Nos invita a explorar nuestros talentos y debilidades, porque al conocer aquellos desafíos a los que estamos expuestos esto nos permite conocer acerca de los escollos que la vida nos depara. De allí en adelante otra puerta fascinante nos eleva hacia dimensiones espirituales que tienen que ver con la comprensión del Universo, regido por las mismas relaciones numéricas a una escala mayor, pero similar a las que rigen en nuestra vida diaria. Incluso la sorprendente cuestión del nombre propio y de cómo su alteración puede producir cambios profundos en nuestro futuro. ¿Acaso los monjes cristianos o budistas no cambian su nombre al ordenarse como símbolo de una vida nueva?

Entrar en el mundo de los Números es, en definitiva, acceder al juego primordial que ha dado vida a todo lo que existe.

jueves, 30 de agosto de 2012

El Libro del Tarot Egipcio



El Libro del Tarot es un “Universo de Símbolos”. Imposible describir en un artículo la historia fascinante de este conjunto de láminas que han atravesado países y culturas transmitiendo un mensaje cifrado que, para algunos, encierra una sabiduría ancestral cuyo origen se remonta al antiguo Egipto. Tal vez por ello, por ser Egipto la patria del Gran Libro de Thoth y de Hermes Trismegisto, iniciamos esta serie de artículos dedicados a los Antiguos Arcanos, con una obra singular, escrita por Bibiana Rovira titulada “El Libro del Tarot Egipcio” basado en el simbolismo, la mitología y las leyendas del antiguo Egipto.



Sostiene Rovira, al igual que muchos autores del esoterismo clásico, que las antiguas construcciones egipcias encierran secretos en su construcción. Que lo que durante siglos se creyó que eran monumentos funerarios  en realidad eran Templos en los que se llevaban a cabo ceremonias de Iniciación. La autora cita a Manly P. Hall, que solía afirmar que la Esfinge, lejos de ser una tumba fue, en realidad, “El Primer Templo de los Misterios”. Desde el redescubrimiento de esta antigua cultura, acaecido como consecuencia de las guerras napoleónicas en el norte de Africa, estas construcciones asombrosas –tal el caso de la Esfinge o las Pirámides de Ghiza- nos han dado muestra de poseer dimensiones y proporciones que involucran complejos cálculos matemáticos, relaciones astrológicas y orientaciones tanto terrestres como celestes capaces de plantear verdaderos desafíos a la investigación científica.

Pero el Tarot había penetrado en Occidente mucho antes que Napoleón combatiera bajo la sombra de las Pirámides y la famosa Esfinge. La autora se remonta al siglo XV, época en la que ya lo encontramos convertido en un mazo de cartas, y a partir de allí refiere a sus principales intérpretes entre los que sobresalen Court de Gébelin, Eliphas Levi y Papus, por mencionar sólo algunos. Más allá de que esta tradición haya sido recogida por los árabes, los cruzados o los gitanos de Bohemia, lo cierto es que a través del tiempo se ha mantenido el mítico origen egipcio que lo coloca entre los libros más antiguos del mundo.

Esta antigüedad y la extraordinaria riqueza de su contenido hacen que el abordaje del Tarot requiera una aproximación progresiva. Y es en este punto donde la obra de Bibiana Rovira cobra importancia, pues se nos presenta como un verdadero manual que permite un acercamiento directo a los Arcanos Mayores y Menores, descriptos en su simbología general, sus distintos planos y su dimensión como mancia. Este conjunto, explicado de manera sencilla y a la vez completa, permite la inmediata interacción del lector con la obra, logro que se alcanza con facilidad por el hecho de que el libro viene acompañado por un mazo de naipes de este antiguo y tradicional Tarot Egipcio.



Las instrucciones para la Consagración de los Arcanos y la interpretación de las Lecturas completan un verdadero manual de iniciación al fascinante mundo de aquellas láminas que según la leyenda, adornaban la Gran Galería de la Esfinge.

Una particularidad de este Tarot Egipcio es que nos abre la mente a una infinita combinación de símbolos. Cada uno de sus arcanos nos pone en contacto con relaciones astrológicas, herméticas, alquímicas y cabalísticas, de manera que actúan como puertas de acceso a desafíos espirituales que van más allá de su utilización exclusiva como mancia. Este conjunto confluye armónicamente en el seno de una tradición que ha sobrevivido a lo largo de siglos y que hoy se encuentra al alcance de nuestras manos, en palabras de Bibiana, como una experiencia plena de enseñanzas prodigiosas, autoconocimiento y evolución.

Sobre la autora
Bibiana Rovira es escritora. Ha realizado seminarios sobre Tarot Egipcio, Introducción a la Astrología, Chamanismo, Metafísica y Yoga. Dirigió diversos talleres sobre Tarot Egipcio, Tarot como camino de Sanación, Taller vivencial sobre el arquetipo del héroe y otros. Es autora de numerosas publicaciones, artículos y cuentos

domingo, 12 de agosto de 2012

Oscar Adler y su "Testamento de la Astrología"

Oscar Adler 1875-1955

La Astrología como Ciencia Oculta, la cima de la astrología como herramienta para la evolución humana

Una antigua sentencia de los escolásticos medievales decía “… Astra inclinant sed non cogunt…” Los astros inclinan, pero no obligan. La frase, que ha trascendido los siglos, expresa el esfuerzo que muchos pensadores han realizado para conciliar las teorías astrológicas de la predestinación con el libre albedrío. Esta cuestión está en el centro de la obra de Oscar Adler (1875-1955), autor de un libro que aborda la astrología desde una visión espiritual, elevándola a la dimensión de herramienta para la evolución del hombre por encima del carácter determinista que muchos han visto en esta disciplina tan antigua como la humanidad.
Adler, médico, músico y uno de los más notables violinistas de su tiempo, descubrió el profundo misterio contenido en el flujo y reflujo de los astros. Su pasión por la astrología no fue otra cosa que la consecuencia de un conocimiento enciclopédico respecto de las doctrinas esotéricas que se expandían a velocidad inusitada en la Europa de su época, conocimiento que le permitió un abordaje de la ciencia astrológica desde la riqueza de una tradición que había estudiado con ahínco. Para Oscar Adler, el hombre estaba llamado a  conectar, por medio de su vida, el arriba y el abajo, una conexión que en su calidad de “elegido de los astros” sólo él puede establecer. Creía que en el período de tiempo al que denominamos “vida” el hombre –embrión de Dios- debía llevar a cabo una obra de revelación en la que los astros marcaban su impronta inconfundible.

Pero en esta conexión  veía a algo más que la mano del destino:  “… Si el hombre –decía nuestro autor-  no fuese más que el heredero de lo que le afluye del cielo nocturno, subterráneo,  no sería capaz de agregar nada a la historia genealógica de la humanidad y la Luz del mundo llegaría a él en vano; el hombre no podría recibir la luz del mundo, de modo que su vida sería una cosa vana… viviría en una noche eterna…”

Adler enseñaba que la astrología, junto con la alquimia y la magia, configuraban el patrimonio –y el núcleo- de las Ciencias Ocultas y que la astrología era la doctrina de la inserción del hombre en la totalidad del cosmos, del mismo modo que la alquimia era la doctrina de la transformación de lo inferior en lo superior y la magia la doctrina del empleo y dirección de las fuerzas que guían la evolución.  De allí que su obra contenga un profundo sentido ontológico en el que el hombre, único ser capaz de unir lo que está arriba con lo que está abajo, se eleva por sobre sí mismo comprendiendo el destino espiritual con el que debe comprometerse voluntariamente.

La Astrología como Ciencia Oculta es un libro en el que se reúnen una larga serie de conferencias que Oscar Adler pronunció, ante un pequeño grupo de adeptos, entre 1930 y 1938. Hablamos de una época crucial del siglo XX en la que las ciencias duras, como la física y la matemática, abrían el camino a una nueva era signada por el descubrimiento de los misterios subatómicos y el avance tecnológico. Pero era también un momento de revulsivo interior, de búsqueda incesante de una espiritualidad renovada que encontraba nuevos referentes tanto en la Tradición Occidental como en la Oriental. En medio de estos debates en los que se enfrentaba el método científico y el conocimiento empírico, surgían también la psicología y la caracterología como nuevas formas de conocimiento humano. Leyendo la obra de Adler a la luz de esos años y del prodigioso dominio que poseía sobre el conjunto de las Ciencias Ocultas, no debe sorprendernos que esta obra haya pasado a la posteridad como El Testamento de la Astrología.

Desde esa perspectiva, resulta capital su lectura, tanto para el estudioso de las tradiciones esotéricas como para el que intenta comprender el espíritu de una ciencia milenaria que, paradójicamente, gana vigencia en un mundo subsumido en el materialismo. Y resulta capital porque, si verdaderamente consideramos que la astrología forma parte fundamental de aquellas ciencias, nadie como Oscar Adler la ha ubicado en el marco general que el ocultismo -tan mal comprendido por el pensamiento científico- le reserva como clave para la resolución de los grandes misterios de la existencia. 

domingo, 22 de julio de 2012

Bienvenido a la Comunidad de La Puerta del Destino KIER



A lo ancho del planeta existen huellas evidentes de una actitud humana que no ha cambiado desde la prehistoria hasta nuestros días. Esas huellas evidentes muestran a sabios dirigiendo su mirada hacia el cielo, tratando de encontrar en las estrellas la explicación de la existencia. No se trata de una característica particular de una cultura o una época. Hay en esta necesidad humana una universalidad geográfica, desde Sumer hasta Mesoamérica. Desde las tierras de Hiperbórea en el norte mítico hasta las tierras australes de los indios patagones. De modo que esta búsqueda del hombre, que trata de encontrar respuestas en el cielo forma parte de la condición humana.

La explicación pareciera sencilla. Oscar Adler decía que el hombre, apenas surgido del seno de la Tierra y de las profundidades del pasado, expuesto a la “luz del mundo”, se encuentra en el deber de conectar lo de “arriba” con lo de “abajo”, conexión que nada más que él puede establecer. En otras palabras, el hombre es el punto en donde el macrocosmos se encuentra con el microcosmos y el único ser que puede interpretar su lugar en el centro de ambos infinitos. Existe, así mismo, una idea universal respecto del origen cósmico del alma humana, idea que está plasmada en todos los Libros Sagrados, desde el Antiguo Testamento al Popol Vuh. “…Dios creó al hombre de polvo de tierra y sopló en su nariz el aliento de vida… Y el hombre se convirtió en un alma viviente…”

Del mismo modo que el hombre está integrado por infinidad de microrganismos, Adler afirmaba que el hombre forma parte de un organismo superior, aunque sus ojos no puedan percibirlo. Ese organismo no es otra cosa que un inmenso ser viviente al que llamamos Tierra, dentro del cual vivimos, pero que como tal, forma parte de un organismo aun más vasto, capaz de proyectarse a escalas diferentes, tanto “hacia afuera” como “hacia adentro”. Si hay una característica que hace mágico al pentagrama es que es una figura geométrica capaz de reproducirse tanto hacia afuera como hacia adentro, y el pentagrama –o pentalfa- es, en definitiva, un símbolo estelar.


Como organismo superior al que pertenecemos, la Tierra existe en el concierto de un Universo cuyos misterios aún permanecen velados pese a los esfuerzos de la ciencia, que ha intentado comprenderlos desde los primeros observatorios paleolíticos como el de Stonehenge, hasta el Acelerador de Hadrones que intenta descubrir la "partícula de Dios". De un modo u otro, percibimos que la vida comenzó allí afuera, en el centro inescrutable de nuestra Galaxia. Es por esa razón que no debe sorprendernos que la frontera de la ciencia continúe lindando con el desconocido mundo de lo esotérico, que no es otra cosa que aquello que aún no vemos con nuestros propios ojos. Es por la misma razón que volvemos una y otra vez la mirada al Cosmos, buscando el anuncio de nuevos tiempos, de eras luminosas y de cataclismos, de la llegada del Hijo amado del Sol, que viene a guiar a los hombres en su propio mundo, aquí abajo.

Siguiendo el concepto hermético que afirma que lo que está arriba es igual a los que está abajo, la humanidad ha buscado métodos y sistemas que le permitiesen interpretar el flujo y reflujo de la vida, los vaivenes del destino y el futuro que nos atrapará inexorablemente. Las runas en el mundo de los druidas, El Libro del Tarot, desde Egipto hasta las tribus de Bohemia, los misteriosos exagramas del I Ching, la huellas caprichosas del agua en la playa o el vuelo del pájaro que altera el telón del cielo como una flecha que indica un rumbo, todos estos modos de interpretar el alma y su destino forman parte de un mundo fascinante en cuyos extremos están los profetas y los albures. Este sitio de Comunidad Kier está destinado a quienes han escrito sobre diversas maneras de interpretar nuestro destino y que con sus obras nos ayudan a mirar detrás del velo de nuestros días.