jueves, 30 de agosto de 2012

El Libro del Tarot Egipcio



El Libro del Tarot es un “Universo de Símbolos”. Imposible describir en un artículo la historia fascinante de este conjunto de láminas que han atravesado países y culturas transmitiendo un mensaje cifrado que, para algunos, encierra una sabiduría ancestral cuyo origen se remonta al antiguo Egipto. Tal vez por ello, por ser Egipto la patria del Gran Libro de Thoth y de Hermes Trismegisto, iniciamos esta serie de artículos dedicados a los Antiguos Arcanos, con una obra singular, escrita por Bibiana Rovira titulada “El Libro del Tarot Egipcio” basado en el simbolismo, la mitología y las leyendas del antiguo Egipto.



Sostiene Rovira, al igual que muchos autores del esoterismo clásico, que las antiguas construcciones egipcias encierran secretos en su construcción. Que lo que durante siglos se creyó que eran monumentos funerarios  en realidad eran Templos en los que se llevaban a cabo ceremonias de Iniciación. La autora cita a Manly P. Hall, que solía afirmar que la Esfinge, lejos de ser una tumba fue, en realidad, “El Primer Templo de los Misterios”. Desde el redescubrimiento de esta antigua cultura, acaecido como consecuencia de las guerras napoleónicas en el norte de Africa, estas construcciones asombrosas –tal el caso de la Esfinge o las Pirámides de Ghiza- nos han dado muestra de poseer dimensiones y proporciones que involucran complejos cálculos matemáticos, relaciones astrológicas y orientaciones tanto terrestres como celestes capaces de plantear verdaderos desafíos a la investigación científica.

Pero el Tarot había penetrado en Occidente mucho antes que Napoleón combatiera bajo la sombra de las Pirámides y la famosa Esfinge. La autora se remonta al siglo XV, época en la que ya lo encontramos convertido en un mazo de cartas, y a partir de allí refiere a sus principales intérpretes entre los que sobresalen Court de Gébelin, Eliphas Levi y Papus, por mencionar sólo algunos. Más allá de que esta tradición haya sido recogida por los árabes, los cruzados o los gitanos de Bohemia, lo cierto es que a través del tiempo se ha mantenido el mítico origen egipcio que lo coloca entre los libros más antiguos del mundo.

Esta antigüedad y la extraordinaria riqueza de su contenido hacen que el abordaje del Tarot requiera una aproximación progresiva. Y es en este punto donde la obra de Bibiana Rovira cobra importancia, pues se nos presenta como un verdadero manual que permite un acercamiento directo a los Arcanos Mayores y Menores, descriptos en su simbología general, sus distintos planos y su dimensión como mancia. Este conjunto, explicado de manera sencilla y a la vez completa, permite la inmediata interacción del lector con la obra, logro que se alcanza con facilidad por el hecho de que el libro viene acompañado por un mazo de naipes de este antiguo y tradicional Tarot Egipcio.



Las instrucciones para la Consagración de los Arcanos y la interpretación de las Lecturas completan un verdadero manual de iniciación al fascinante mundo de aquellas láminas que según la leyenda, adornaban la Gran Galería de la Esfinge.

Una particularidad de este Tarot Egipcio es que nos abre la mente a una infinita combinación de símbolos. Cada uno de sus arcanos nos pone en contacto con relaciones astrológicas, herméticas, alquímicas y cabalísticas, de manera que actúan como puertas de acceso a desafíos espirituales que van más allá de su utilización exclusiva como mancia. Este conjunto confluye armónicamente en el seno de una tradición que ha sobrevivido a lo largo de siglos y que hoy se encuentra al alcance de nuestras manos, en palabras de Bibiana, como una experiencia plena de enseñanzas prodigiosas, autoconocimiento y evolución.

Sobre la autora
Bibiana Rovira es escritora. Ha realizado seminarios sobre Tarot Egipcio, Introducción a la Astrología, Chamanismo, Metafísica y Yoga. Dirigió diversos talleres sobre Tarot Egipcio, Tarot como camino de Sanación, Taller vivencial sobre el arquetipo del héroe y otros. Es autora de numerosas publicaciones, artículos y cuentos

domingo, 12 de agosto de 2012

Oscar Adler y su "Testamento de la Astrología"

Oscar Adler 1875-1955

La Astrología como Ciencia Oculta, la cima de la astrología como herramienta para la evolución humana

Una antigua sentencia de los escolásticos medievales decía “… Astra inclinant sed non cogunt…” Los astros inclinan, pero no obligan. La frase, que ha trascendido los siglos, expresa el esfuerzo que muchos pensadores han realizado para conciliar las teorías astrológicas de la predestinación con el libre albedrío. Esta cuestión está en el centro de la obra de Oscar Adler (1875-1955), autor de un libro que aborda la astrología desde una visión espiritual, elevándola a la dimensión de herramienta para la evolución del hombre por encima del carácter determinista que muchos han visto en esta disciplina tan antigua como la humanidad.
Adler, médico, músico y uno de los más notables violinistas de su tiempo, descubrió el profundo misterio contenido en el flujo y reflujo de los astros. Su pasión por la astrología no fue otra cosa que la consecuencia de un conocimiento enciclopédico respecto de las doctrinas esotéricas que se expandían a velocidad inusitada en la Europa de su época, conocimiento que le permitió un abordaje de la ciencia astrológica desde la riqueza de una tradición que había estudiado con ahínco. Para Oscar Adler, el hombre estaba llamado a  conectar, por medio de su vida, el arriba y el abajo, una conexión que en su calidad de “elegido de los astros” sólo él puede establecer. Creía que en el período de tiempo al que denominamos “vida” el hombre –embrión de Dios- debía llevar a cabo una obra de revelación en la que los astros marcaban su impronta inconfundible.

Pero en esta conexión  veía a algo más que la mano del destino:  “… Si el hombre –decía nuestro autor-  no fuese más que el heredero de lo que le afluye del cielo nocturno, subterráneo,  no sería capaz de agregar nada a la historia genealógica de la humanidad y la Luz del mundo llegaría a él en vano; el hombre no podría recibir la luz del mundo, de modo que su vida sería una cosa vana… viviría en una noche eterna…”

Adler enseñaba que la astrología, junto con la alquimia y la magia, configuraban el patrimonio –y el núcleo- de las Ciencias Ocultas y que la astrología era la doctrina de la inserción del hombre en la totalidad del cosmos, del mismo modo que la alquimia era la doctrina de la transformación de lo inferior en lo superior y la magia la doctrina del empleo y dirección de las fuerzas que guían la evolución.  De allí que su obra contenga un profundo sentido ontológico en el que el hombre, único ser capaz de unir lo que está arriba con lo que está abajo, se eleva por sobre sí mismo comprendiendo el destino espiritual con el que debe comprometerse voluntariamente.

La Astrología como Ciencia Oculta es un libro en el que se reúnen una larga serie de conferencias que Oscar Adler pronunció, ante un pequeño grupo de adeptos, entre 1930 y 1938. Hablamos de una época crucial del siglo XX en la que las ciencias duras, como la física y la matemática, abrían el camino a una nueva era signada por el descubrimiento de los misterios subatómicos y el avance tecnológico. Pero era también un momento de revulsivo interior, de búsqueda incesante de una espiritualidad renovada que encontraba nuevos referentes tanto en la Tradición Occidental como en la Oriental. En medio de estos debates en los que se enfrentaba el método científico y el conocimiento empírico, surgían también la psicología y la caracterología como nuevas formas de conocimiento humano. Leyendo la obra de Adler a la luz de esos años y del prodigioso dominio que poseía sobre el conjunto de las Ciencias Ocultas, no debe sorprendernos que esta obra haya pasado a la posteridad como El Testamento de la Astrología.

Desde esa perspectiva, resulta capital su lectura, tanto para el estudioso de las tradiciones esotéricas como para el que intenta comprender el espíritu de una ciencia milenaria que, paradójicamente, gana vigencia en un mundo subsumido en el materialismo. Y resulta capital porque, si verdaderamente consideramos que la astrología forma parte fundamental de aquellas ciencias, nadie como Oscar Adler la ha ubicado en el marco general que el ocultismo -tan mal comprendido por el pensamiento científico- le reserva como clave para la resolución de los grandes misterios de la existencia.